El ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra puso fin este martes a 15 años de exilio voluntario y fue de inmediato encarcelado en Bangkok en virtud de varias condenas en ausencia, coincidiendo con una votación en el Parlamento que podría designar como primer ministro a un político afín. Shinawatra, ex propietario del Manchester City, es un magnate de 74 años que llegó al poder en 2001 y fue derrocado en un golpe militar en 2006. Su hermana Yingluck también fue primera ministra y resultó igualmente desalojada del poder en 2014 por los militares, que desde entonces han dirigido el país.
Thaksin Shinawatra, quien hizo fortuna en las telecomunicaciones, llegó en un avión privado desde Singapur al aeropuerto Don Mueang de Bangkok, hacia las nueve de la mañana, hora local, tres de la madrugada en la España peninsular. Allí lo esperaban cientos de simpatizantes. El ex dirigente fue rápidamente llevado por la policía a la Corte Suprema.
Shinawatra, encarcelado en una prisión de Bangkok, debe ahora pasar ocho años entre rejas por tres casos juzgados en ausencia, relacionados con su gestión al frente del país y su antigua empresa Shin Corp. Sin embargo, el inminente regreso al poder del partido asociado a su familia, Pheu Thai, podría traducirse más adelante en una reducción de pena.
El Parlamento tailandés abrió este martes la sesión en la que debe designar un nuevo primer ministro que reemplace al general Prayut Chan-O-Cha, en el poder desde el golpe de 2014. El único candidato a la jefatura del Gobierno, por cuenta del partido Pheu Thai, es Srettha Thavisin, un empresario de 60 años que se presenta al frente de una amplia coalición de partidos prodemocracia y de partidos favorables al ejército. La coalición no incluye, sin embargo, a Move Forward, el partido reformista vencedor de las legislativas del pasado 14 de mayo.
Una figura clave desde su exilio
Desde su exilio, Thaksin Shinawatra ha sido una figura clave y divisiva en la política tailandesa, arropado por sus simpatizantes conocidos como los “camisas rojas”, enfrentados a los “amarillos”, elementos conservadores adictos a la monarquía. Thaksin, acusado de corrupción por sus detractores, denunció repetidamente lo que considera como una maniobra judicial destinada a apartarlo del poder, en beneficio de las élites castrenses y monárquicas. Al incluir en su coalición a partidos pro ejército, la formación Pheu Thai, la segunda más votada en los comicios de mayo, espera un gesto del poder en beneficio de Thaksin Shinawatra, cuyo estado de salud requiere vigilancia médica por los problemas que padece de corazón y pulmones.
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El politólogo Aaron Connelly indica: “Si el rey no concede la gracia a Thaksin en un determinado plazo, Pheu Thai podría empezar a hacerse preguntas sobre la coalición” formada para llegar al poder. El pedido de gracia real lleva entre uno y dos meses, según detalló un responsable de la administración penitenciaria tailandesa.
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