No hay un partido más desagradable para el Barça que el de Getafe. Visualiza siempre tantas dificultades que ni siquiera como campeón encontró la manera de cantar victoria en el Coliseum Alfonso Pérez. El césped siempre le parece demasiado alto y áspero y la temperatura excesivamente fría o calurosa, tampoco empatiza con el presidente Torres y menos con el entrenador Bordalás. Todos sus últimos recuerdos son malos y los resultados también: tres empates a cero y una derrota en las cuatro últimas visitas y la lesión de Dembélé. Ayer fueron las expulsiones de Raphinha y del técnico Xavi.
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David Soria, Gastón Álvarez, Domingos Duarte, Mitrovic (Portu, min. 45), Damián Suárez, Mata, Juan Iglesias, Maksimovic, Aleñá (Lozano, min. 64), Djene y Juan Latasa (Mayoral, min. 64)
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Ter Stegen, Koundé, Ronald Araújo, Alex Balde, A. Christensen (Abde, min. 45), Raphinha, Pedri (Ansu Fati, min. 79), Gündogan (Gavi, min. 79), Oriol Romeu (Lamine Yamal, min. 75), Frenkie De Jong y Lewandowski
Goles
Árbitro César Soto Grado
Tarjetas amarillas Mitrovic (min. 15), Mata (min. 31), Raphinha (min. 37), Damián Suárez (min. 82), Lozano (min. 84), Djene (min. 91), Gavi (min. 100) y Portu (min. 105)
Tarjetas rojas Raphinha (min. 41) y Hernández Creus (min. 70)
Fue un partido ya muy visto, el de cada temporada, por accidentado y brusco, lleno de faltas y tarjetas, muy largo y con poco tiempo efectivo de juego, demasiado pesaroso para el Barcelona y apetecible para el Getafe. No saben los azulgrana cómo ganar en el Coliseum, negados por el antídoto Bordalás, efectivo en la sala de prensa y en la cancha, antagónico con la idea de juego que simboliza el Barça. La incomodidad azulgrana contrasta con la satisfacción del Getafe.
Las alineaciones de Xavi giran de momento alrededor de dos posiciones y tres nombres: Araujo-Koundé y Gündogan. A la espera del fichaje de Cancelo, Maffeo, Fresneda o Foyth, el uruguayo juega a menudo de lateral derecho en beneficio de Koundé, que mezcla como central con Christensen. La función de Gündogan por contra es mejorar el juego de ataque como volante junto con Pedri en un cuadrado del que se ha caído Gavi.
La disposición azulgrana no sorprendió a Bordalás porque el técnico dispuso a Iglesias como volante pendiente de Gündogan. El Getafe interrumpió de forma constante el fútbol del Barcelona. Las faltas se sucedían, el juego azulgrana no fluía, las posesiones eran cortas y Damián sometía sin reservas a Lewandowski. El cuerpo a tierra del polaco, muy alejado del área, se repetía en un partido sin ritmo ni línea de pase, muy a gusto del Getafe. No aparecía Pedri. El único recurso durante mucho rato fue el tiro de larga distancia de Raphinha —por dos veces— y de Oriol Romeu.
Nadie jugaba a un toque, como pedía Xavi. El técnico solicitaba más amplitud y profundidad a sus futbolistas para sorprender al Getafe. Raphina entendió el mensaje del entrenador y ser arrimó con frecuencia al área de Soria. El brasileño se lo tomó como una cuestión personal en un partido cada vez más barriobajero y, desquiciado por encontrar posiciones de desmarque, soltó un codazo a Gastón. La expulsión de Raphinha dejó al Barça con 10 y un solo delantero como Lewandowski. No había extremos ni laterales barcelonistas para romper el bloque del Getafe.
El equipo de Bordalás procuraba arbitrar más que jugar ante la irritación del Barça. El contexto obligaba a Xavi a intervenir para agitar a un equipo sin continuidad en el juego ni velocidad de balón, nada acostumbrado en cambio a la refriega, inferior en el cuerpo a cuerpo, sin nervio ni fuerza, tampoco puñetería, más desbravado que de costumbre en ausencia de Gavi. El técnico sacrificó a un central como Christensen para dar vuelo a Abde. Aunque le costaba romper líneas por su lentitud, el Barcelona perseveró hasta igualar la contienda numéricamente con la expulsión de Mata.
La pujanza de Araujo ayudó al equipo a ganar campo y presencia ofensiva al tiempo que Pedri se soltaba y exigía cada vez más al Getafe. La falta de concreción y contundencia obligó a Xavi a doblar la apuesta con Lamine Yamal y Ansu Fati y el todoterreno Gavi. Los delanteros entraban por los centrocampistas como última solución para intentar ganar un partido áspero y sin remedio para el campeón de Liga.
La intensa defensa del Getafe, sin embargo, apenas concedió ocasiones en una contienda que se alargó 25 minutos —9 en la primera parte y 16 en la segunda— y que acabó con la petición de un penalti de Iglesias a Araujo que el árbitro convirtió en mano de Gavi. No es extraño que al Barça no les guste jugar en Getafe. El último gol que marcó fue en septiembre de 2019 y su autor fue Junior.
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