La junta militar que tomó el poder en Níger mediante un golpe de Estado el pasado 26 de julio ha declarado que procesará al depuesto presidente Mohamed Bazoum acusándolo de “alta traición”. Después de encarcelar a Bazoum y disolver el Gobierno electo, provocando la condena de varios países vecinos, así como de gran parte de la comunidad internacional; los golpistas señalan ahora al presidente por sus relaciones con jefes de Estado extranjeros y organizaciones internacionales. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) ha activado una fuerza militar de reserva para aumentar la presión sobre los militares, aunque la posibilidad de una intervención se aleja ante las llamadas al diálogo por parte de los países vecinos, que reclaman la restitución del Gobierno democrático, encabezado por Bazoum. Níger es un gran productor de uranio y aliado de Occidente en la lucha contra la insurgencia islamista.
El portavoz de la Junta, el coronel Amadou Abdramane, en una declaración leída en la televisión estatal a última hora del domingo, afirmó que las autoridades militares contaban con “las pruebas necesarias para procesar al presidente derrocado por alta traición y atentar contra la seguridad interior y exterior de Níger”. Abdramane añadió que existía una campaña de desinformación contra la Junta para intentar “desbaratar cualquier solución negociada a la crisis con el fin de justificar la intervención militar en nombre de la Cedeao”.
La Unión Africana, la Unión Europea, Estados Unidos y la ONU han manifestado su preocupación por las condiciones en las que se mantiene a Bazoum. El partido político del presidente encarcelado ha afirmado que su familia no tiene acceso a agua corriente, alimentos frescos ni médicos, y Bazoum declaró a Human Rights Watch que su hijo necesitaba ver a un médico debido a una grave afección cardíaca. Sin embargo, la Junta mantuvo el domingo que los Bazoum estaban viendo regularmente a su médico y fechó la última visita el 12 de agosto. “Después de esta visita, el médico no planteó ninguna preocupación sobre el estado de salud del presidente derrocado ni de los miembros de su familia”, dijo Abdramane.
El ministro de Exteriores nigerino, Hassoumi Massoudou, miembro del Gobierno depuesto, ha denunciado este lunes la intención de la junta golpista de procesar a Bazoum. “Es triste para mi país que gente irresponsable quiera devolverlo a la Edad de Piedra. Si no, ¿cómo entender que los secuestradores quieran procesar a su rehén?”, ha lamentado Massoudou, que se encuentra fuera del país, en un mensaje publicado en su cuenta en la plataforma X (antes Twitter).
Por su parte, Ali Mahaman Lamine Zeine, primer ministro nombrado por los militares, ha asegurado en una entrevista con el medio alemán Deutsche Welle, que Níger está en condiciones de resistir a las sanciones impuestas tras el golpe de Estado: “Aunque sea un desafío injusto el que se nos ha impuesto, debemos ser capaces de superarlo. Y lo superaremos”. Aunque Zeine ha remarcado que Níger y la Cedeao son socios importantes ―“Tenemos gran interés en preservar esta importante e histórica relación. Y en garantizar que la Cedeao trabaje, ante todo, en cuestiones puramente económicas”―; también ha lanzado una advertencia. “Si nos encontramos con que el principio político y militar prevalece sobre esta solidaridad económica, sería muy lamentable”.
Las sanciones impuestas por la Cedeao incluyen la suspensión de las relaciones financieras con Níger y la congelación de todas las transacciones de servicios, incluidas las energéticas, lo que ha provocado cortes de electricidad en el país. La Cedeao, aunque favorece la vía del diálogo, también ha dado luz verde a una posible intervención armada contra los militares, activando su “fuerza de reserva”. Este lunes, la CEDEAO tiene previsto impulsar nuevas conversaciones con la Junta en un intento para encontrar una solución diplomática.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Durante el fin de semana, el bloque manifestó su deseo de enviar una comisión para reunirse con la Junta en Niamey, pero el calendario propuesto para la misión aún no está definido. También está previsto que el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, compuesta por 55 países, se reúna este lunes para debatir la situación en Níger, lo que evidencia la preocupación por las consecuencias del golpe de Estado, el séptimo en África Occidental y Central en tres años.
Además, tropas estadounidenses, francesas, alemanas e italianas están destacadas en Níger, en una región donde las filiales locales de Al Qaeda y el Estado Islámico han matado a miles de personas y desplazado a millones. Mientras, y espoleada por la pobreza y la inseguridad, la influencia de Rusia no ha dejado de crecer en la región. Así, los líderes golpistas de Níger ―al igual que los de Malí y Burkina Fasso, que tras sendas asonadas expulsaron a las tropas de la antigua potencia colonial, Francia― han encontrado en Moscú y en los mercenarios de Wagner nuevos socios que les ayuden a restaurar el orden.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.