Thierry Breton: “La UE debe ampliar la industria de la defensa para hacerse cargo de su propia seguridad” | Internacional

Thierry Breton: “La UE debe ampliar la industria de la defensa para hacerse cargo de su propia seguridad” | Internacional

La cartera política del comisario europeo Thierry Breton, Mercado Interior, es grande y abultada. Pero con la guerra de Rusia contra Ucrania, una de sus responsabilidades —la de la industria de defensa europea— ha cobrado una importancia mayúscula. Breton (París, 69 años) ha impulsado, junto con el alto representante para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, la primera estrategia de defensa de la UE, un cambio estructural para afrontar el rearme del continente. “Europa debe crecer más para ser un aliado más fuerte. La UE debe ampliar la industria de la defensa para hacerse cargo de su propia seguridad”, asegura en una entrevista en su despacho del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

El proyecto común del club comunitario está en plena metamorfosis hacia un modelo con un potente foco puesto en la defensa para protegerse de las amenazas del imperialismo voraz del Kremlin. Con el mundo en tensión, y en un contexto de fuerte dependencia de la Unión respecto a China y Estados Unidos en muchos campos cruciales, Breton y otras voces abogan por apuntalar la autonomía estratégica. “Los europeos esperamos prosperidad, obviamente —y las normas del Estado de derecho son cada vez más compartidas por todos—, pero también seguridad. Seguridad sanitaria, alimentaria y seguridad enmarcada en la defensa. Y para ello, cuando hay una crisis importante, es necesario actuar juntos”, remarca.

Esa es la base de la estrategia de industria de defensa europea, que pone el acento en las necesidades de fabricar en el ámbito de la UE más munición, más armamento y de tener mayor inversión y coordinación en capacidades de defensa. En un modelo similar al de las vacunas o las compras de gas, el club comunitario quiere aumentar las adquisiciones conjuntas en la UE para elevar los pedidos y dar seguridad a la cadena de producción, y que la mitad de ellas (en valor de mercado) se hagan a empresas europeas. “Están los dividendos de la paz, los Estados miembros invertimos menos en defensa porque creíamos en un período de paz, casi eterno, tras la caída del muro de Berlín. Pero preservamos la totalidad de nuestras herramientas de defensa y capacidad para llevar a cabo investigación e innovación”, dice. “En Europa hay una base industrial muy distribuida y sabemos hacer de todo”, dice. Y el comisario, a quien le gusta bajar al detalle, enumera proyectos y capacidades.

Su mensaje es claro y tajante: “Tenemos que aumentar nuestra capacidad de defensa”. Porque los 23 Estados miembros de la UE que también forman parte de la OTAN han asumido el compromiso de gastar en defensa al menos el 2% del PIB, para seguir sosteniendo a Kiev y por la propia seguridad comunitaria, dice. “Es esencial que aumentemos nuestra capacidad para poder proporcionar a Ucrania lo que necesita lo más rápido posible, cualesquiera que sean los acontecimientos políticos”, incide. El pasado sábado, tras meses de luchas políticas —sobre todo por los republicanos—, Estados Unidos dio vía libre al ansiado paquete de 61.000 millones de dólares (57.000 millones de euros) de apoyo a Kiev, pero muchos temen que sea el último sustancioso, especialmente si el republicano Donald Trump vuelve a la Casa Blanca. Algo que planea sobre todo lo que se mueve ahora mismo dentro de la UE, que es el primer sostén del país invadido en suministros de material, economía y acogida de refugiados.

“Vemos con satisfacción la esperada decisión estadounidense, pero al mismo tiempo, debemos tener nuestra capacidad [de defensa] autónoma”, considera. “Y debemos tenerla también por nuestra propia seguridad, porque durante mucho tiempo muchos Estados miembros pensaron que podíamos vivir bajo el paraguas de otros”, abunda. Esa percepción está cambiando, asegura. “La UE, la primera democracia del mundo libre, no puede depender enteramente de otros para su propia seguridad”, dice. “Y así seremos también un aliado más importante, más fuerte y leal. Y lograremos que tal vez aquellos que quizá deseen alejarse un poco”, dice en una referencia velada a Trump, “entiendan que les interesa mantener esa alianza con Europa”, remarca Breton. Y lanza: “La Unión Europea tiene que tener cada vez más control de su destino, cualesquiera que sean los acontecimientos. No podemos esperar cada cuatro años a que las elecciones estadounidenses caigan de un lado o del otro”.

La invasión a gran escala lanzada por Rusia contra Ucrania, a las puertas de la UE, que ha sacudido la arquitectura de seguridad global y que ha entrado en su tercer año, ha supuesto un cambio oceánico en la UE, en sus engranajes, en sus prioridades y en sus finanzas. “Esta guerra en Ucrania plantea un riesgo existencial. Y necesitamos capacidad de poder responder a ello y dotarnos de medios”, dice Breton. “Calculamos que necesitaremos en total unos 100.000 millones de euros y veremos cómo financiarlo”, abunda.

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Ese, el de las cuentas, es uno de los grandes debates. La Comisión Europea debe plantear una batería de propuestas en la próxima reunión de líderes del Consejo Europeo, en junio, en las que ya se está trabajando. “No hay ningún tabú” en ellas, afirma el comisario. “Es muy importante que tengamos una solución rápida y justa”, dice. “La deuda conjunta siempre es preferible porque nos permite tener una capacidad equivalente, homogénea, de apoyo”, dice. Reconoce que hay ciertas “reticencias” en algunos, pero el comisario francés confía en que los Estados miembros encontrarán “como siempre un momento para alinearse” cuando comprendan que en algún momento puede llegar un “riesgo existencial”, dice. Sobre los eurobonos, una de las herramientas a debate, pero sobre los que no hay consenso entre las capitales, el comisario de Mercado Interior dice que serán “parte de toda la canasta de soluciones”.

Cuando crecen las voces en Bruselas sobre el diseño del marco financiero que guiará los próximos presupuestos comunitarios, Breton urge a acelerar. “Mi prioridad es que hay una guerra a las puertas de Europa y hay necesidades de seguridad inmediatas”, dice. “No podemos esperar a 2027 [cuando se iniciará el próximo marco financiero], por eso ya hemos propuesto un mecanismo y disponemos de 1.500 millones para empezar a trabajar en el aumento de nuestra base de defensa”, señala. “No soy el único, numerosos jefes de Estado y de Gobierno han expresado el deseo de disponer de un fondo específico que permita responder rápidamente a esas necesidades”, abunda.

“El objetivo es proporcionar a Ucrania lo que necesita y elevar nuestros stocks y capacidades para aumentar nuestra seguridad de defensa de una manera más autónoma que hoy”, dice Breton. “No se trata de una idea proteccionista, es simplemente un deseo de seguridad común. Sabemos que en momentos de tensión, si dependemos demasiado de esto o aquello somos vulnerables”, asegura. Y añade: “Decimos que cuando la UE interviene conjuntamente con dinero público europeo debe ser una prioridad el beneficio europeo. Eso no es proteccionismo, sino lógica y sentido común. Y también seguridad”, dice.

El comisario de Mercado Interior apunta que el primer ejemplo concreto para aumentar la base industrial en defensa ha sido el proyecto europeo para comprar en conjunto un millón de proyectiles para Ucrania, que tiene una pata crucial de desarrollo industrial (aunque ha ido lento y no se cumplirá el objetivo hasta final de este año). Y en esto, España “juega un papel importantísimo”, asegura Breton. “Tiene una gran base industrial, especialmente en materia de municiones, en todos sus componentes de fabricación y de la cadena, que es de alta calidad. Y gracias a España hemos podido aumentar significativamente la producción industrial y de municiones y el suministro de calibre 155 a Ucrania”, incide. Ahora se trata de aplicar lo “aprendido” en los proyectos sobre municiones en todos los componentes del aparato industrial de defensa europeo.

Ahí está el debate de fondo: comprar más y comprar europeo, algo que algunos no consideran realista, al menos para las necesidades más inmediatas. “Los Estados miembros pueden hacer lo que quieran, pero es crucial que esté disponible cuando surja la necesidad, hay que anticiparse… Puede haber necesidades en nuestras fronteras y también para responder en otros escenarios de operaciones, necesidades que pueden surgir en un país aliado que necesite apoyo. Y hoy tenemos una capacidad de producción demasiado ajustada”, reconoce.

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By Wilton Centeno Almaraz

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